Confirmado: los gatos también imitan a los humanos

Los gatos domésticos también pueden imitar distintas acciones aun sin ensayos previos. Este experimento científico sugiere que la imitación pudo surgir en los mamíferos mucho antes de lo que se pensaba.

11 mayo 2023 |

Es sobradamente conocida la habilidad de los perros para imitar el comportamiento de sus dueños. Sin embargo, los gatos también son capaces de desarrollar estas capacidades. Lo demostró hace años un equipo de científicos japoneses en sendos experimentos de etología animal.

El gato japonés Ebisu demostró ser capaz de imitar las acciones que su dueña le enseñaba, un experimento que podría convertir a este felino en el primer ejemplar de su especie en demostrar esta habilidad, según afirmaron los autores de un estudio científico publicado en la revista Animal Cognition. Este comportamiento, según los investigadores, solo había sido documentado hasta la fecha en unas pocas criaturas, lo que sugiere que la imitación surgió relativamente temprano en la historia evolutiva de los mamíferos.

El hallazgo se produjo por mera casualidad cuando Claudia Fugazza, etóloga de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, estudiaba el comportamiento de un perro al que se había entrenado durante 10 años para copiar una serie de acciones a través del método “do as I do” (Haz lo que hago). Según esta técnica, el animal memoriza los comportamientos cuando se le dice esta frase y luego los ejecuta cuando se le dice ‘Do it’ (hazlo). Con el tiempo, el animal aprende que ‘hazlo’ significa ‘cópiame’, con lo que cada vez que se le da la orden copia exactamente lo que hace su dueño, aun sin haberlo memorizado antes.

Siguiendo esta premisa, los investigadores pueden descubrir si los animales son capaces de copiar acciones que nunca antes habían realizado, por la simple vía de la imitación.

Fugazza estaba trabajando con Fumi Higaki, una adiestradora de perros, cuando esta le dijo que había entrenado a uno de sus gatos con la técnica “do as I do’. La mascota, de 11 años de edad, llamada Ebisu (en honor al dios japonés de la prosperidad) vivía en la tienda de mascotas de Higaki y estaba muy motivado por la comida, lo que la convertía en un blanco fácil de entrenar.

El gato perfecto para el estudio
Fugazza aprovechó la oportunidad para estudiar el mismo comportamiento probado en perros con otras especies, y encontró en EbisuEbisu una oportunidad para ello. En concreto, descubrió que era capaz de copiar acciones que le resultaban familiares, como abrir un cajón de plástico y morder una cuerda de goma. Después le pidió al felino que imitara comportamientos nuevos: en una ocasión levantaba la mano derecha y tocaba una caja, en otra se inclinaba y se frotaba la cara con otra el objeto.

"Empecé a entrenar a Ebisu porque tenía curiosidad por saber si podía aprender el método do as I do- explica Higaki a National Geographic España- Para empezar, no estaba seguro de si un gato puede imitar a las personas, pero solo quería ver hasta dónde podíamos llegar".

Después de ensayar el experimento durante unas 16 veces, Ebisu fue capaz de imitar a su dueña con precisión un 81% de los intentos, según informan los investigadores. El hecho de que la mascota copiara los gestos de su dueña demuestra, según los expertos, que el animal fue capaz de distinguir las partes de cuerpo de la dueña y realizar las mismas tareas con sus propias extremidades.

Este experimento tan simple tiene su importancia científica, pues es la primera vez que se documenta en gatos. El hecho de que estos felinos hayan demostrado tener la misma habilidad indica, según los autores del estudio, que este comportamiento podría estar más extendido en el mundo animal de lo que se pensaba, incluso es posible que los mamíferos lo hubieran desarrollado en etapas más tempranas de su historia evolutiva.

“La presencia de la capacidad cognitiva de imitar en una especie que está filogenéticamente más distante de los humanos de lo que están otras especies (como por ejemplo, los chimpancés), demuestra que esta capacidad evolucionó antes de que las dos especies (gatos y humanos) se dividieran en la historia evolutiva”, explica Claudia Fugazza a National Geographic España.

Fugazza sostiene que la mayoría de gatos podrían imitar las acciones de las personas si siguen un entrenamiento similar “no creo que Ebisu fuera un genio”, pero para algunos etólogos ese comportamiento podría resultar una mera casualidad o un aprendizaje basado en la repetición, como los animales de los circos, más que una capacidad innata.

"El ensayo sirve para demostrar que los gatos tienen la posibilidad de imitar a las personas" Claudia Fugazza, experta en comportamiento animal.

"El entrenamiento tiene como objetivo enseñar a los animales una regla, demostrar que son capaces de realizar una acción. De igual manera que los humanos nunca seremos capaces de volar por mucho que aprendamos, si estas criaturas no tuvieran esta habilidad serían incapaces de realizar ni esta ni ninguna acción por mucho que entrenen. El ensayo sirve para demostrar que los gatos tienen esta posibilidad”, añade Fugazza.

Aprendizaje por imitación
"Demostrar la existencia de aprendizaje por imitación propiamente dicho en animales es difícil, porque puede confundirse con otras formas más simples de este comportamiento- señala a National Geographic el etólogo Xavier Manteca-. No obstante, el paradigma experimental utilizado por los autores del estudio -que se conoce como "do as I do"- fue diseñado precisamente para evitar dicha confusión y los expertos en aprendizaje y cognición consideran que es, efectivamente, un buen método para demostrar la existencia de imitación".

El experto alude que los autores del estudio son investigadores reconocidos y con mucha experiencia en su campo de trabajo. Y, aunque apunta que la principal limitación de esta investigación es que este está hecho con un solo animal, "los resultados sugieren que el gato doméstico tiene realmente la capacidad de aprender por imitación".
Para descubrirlo, será necesario realizar más experimentos con gatos. Lamentablemente, no podrá ser con Ebisu, que falleció el año pasado. Sea como fuere, la investigación abre el camino a que otros mininos se presten a la imitación. ¿Algún voluntario? ¡Miau!

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