El afluente del Río Chiriquí en las Tierras Altas deja familias sin viviendas

Su última arremetida tras los efectos del huracán Julia, fue más fuerte en el sector de Paso Ancho, en la vía a la finca La Florentina, donde arrasó con el puente recién construido por las autoridades después que hace dos años los huracanes IOTA y ETA hicieran estragos y se llevaran el anterior puente que tenía años en este lugar.

En esta oportunidad las piedras, troncos y la fuerte corriente se expandió varios metros, destruyendo todo a su paso y socavando las bases de muchas viciendas que estaban desde hace años en lo que parecía un sitio distante y seguro de este afluente.

Varias familias han tenido que evacuar la pintoresca zona de Paso Ancho, donde han vivido desde 1970, cuando las inundaciones en el sector de Bambito que obligaron a muchos a trasladarse a este lugar distante de los márgenes de este afluente, pero con el pasar de los años las crecidas se han ido comiendo el terreno del acantilado poniendo en peligro a muchas residencias.

La familia De León, es una de las afectadas y aunque no están en peligro por ahora, son pocos metros que los separan del acantilado que sigue erosionando el río Chiriquí Viejo.