En Yeda, Arabia Saudita se presenta como unificador de la ‘familia árabe’

Arabia Saudita acoge el viernes 19 de mayo en Yeda, a orillas del Mar Rojo, la cumbre de la Liga Árabe. Una cumbre ya marcada por la anunciada presencia del presidente sirio. Bashar el Assad ha sido invitado a esta reunión regional por primera vez en doce años. Para el país anfitrión, esta cumbre debería marcar un punto de inflexión en la historia contemporánea de la región.

19 mayo 2023 |

La Liga Árabe en pleno se reúne este viernes en Yeda. El domingo 7 de mayo, la organización regional acordó reincorporar a Siria, suspendida en 2011 debido a la represión del movimiento de protesta contra el régimen de Bashar al-Assad. Pero tras 12 años en el ostracismo, el presidente sirio regresa este viernes a la escena regional. Un regreso deseado por un número creciente de países de la región, pero orquestado por Arabia Saudita: es ella quien ha conseguido eliminar las últimas objeciones de Estados miembros, como Catar y Marruecos. Y es en casa donde se está produciendo este retorno.

Así, la foto oficial de esta reunión reunirá a los veintidós Estados miembros en torno al príncipe heredero y primer ministro saudita, Mohamed bin Salmán. Se trata de una imagen importante para el joven líder, que ahora se postula como cabeza de familia y aumenta su peso político. "Arabia Saudita ya es la primera potencia económica del mundo árabe, por mucho. Pero pretende desempeñar plenamente su papel. Tanto por su condición de guardián de los lugares santos del Islam, como por ser un país al que no se puede ignorar políticamente en Oriente Próximo", afirma Bertrand Besancenot, embajador de Francia en Riad entre 2007 y 2016.

Estabilidad regional
"Es una proyección del creciente papel de Arabia Saudita en la región", confirma Aziz Alghashian, investigador asociado del Sepad de la Universidad de Lancaster: "En sus discursos, Mohamed bin Salmán siempre hace hincapié en la necesidad de estabilidad regional. Este ha sido el centro de sus preocupaciones en los últimos años. Y creo que está trabajando por un nuevo orden regional. Este cambio de posición respecto a Siria forma parte de ello”.

Este éxito diplomático consolida a Mohamed bin Salmán como líder del mundo árabe. Pero el príncipe heredero también pretende utilizarlo con otros países. En particular, en sus relaciones con Irán. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países no ha limado todas las diferencias entre ellos, por lo que es importante para él ser un líder regional y no sólo el líder de un país.

Pero "tenemos la impresión de que Mohamed bin Salmán quiere enviar un mensaje a la administración estadounidense, que todavía le rehúye, para decirle que Arabia Saudita es ahora el peso pesado del mundo árabe y que no se hace nada en Oriente Medio sin él o sin el príncipe heredero", dijo Hasni Abidi, director del Centro de Estudios e Investigación sobre el Mundo Árabe y Mediterráneo (Cermam), con sede en Ginebra. "Así que es un mensaje enviado al exterior para garantizar su aceptabilidad y legitimidad internacional".

Visión 2030
Sin embargo, este éxito diplomático también tiene repercusiones en la escena nacional. Al presentarse como líder del mundo árabe, al conseguir reducir las tensiones que atraviesan la región, el poderoso príncipe heredero refuerza también su estatura de líder entre su población e intenta suavizar su imagen tras un comienzo brutal: la detención en 2017 de 60 príncipes y dignatarios Sauditas acusados de corrupción y expropiados de sus bienes, la guerra en Yemen, el asesinato del periodista y opositor Jamal Kashoggi, cuya responsabilidad le atribuyen los servicios de inteligencia estadounidenses.

Pero, sobre todo, Mohamed bin Salmán está creando un clima regional más propicio para lograr su principal objetivo. "Hoy, la principal preocupación de Riad es aplicar con éxito la Visión 2030", su ambicioso plan para modernizar el país durante la próxima década, afirma el ex embajador Bertrand Besancenot. Pero para tener éxito, necesita atraer tanto a inversores extranjeros como nacionales. "Para ello, es necesario ‘calmar el juego’. Porque si nos fijamos en la situación geográfica de Arabia Saudita, está rodeada de países que o bien están en guerra, o en dificultades, o países con los que tienen problemas", afirma el ex diplomático francés.

Sudán, "una crisis importante”
En los últimos años, Arabia Saudita ha levantado el bloqueo impuesto a Catar, ha iniciado negociaciones con los hutíes, los rebeldes a los que combate en Yemen, ha retomado el diálogo con Irán, ha reintegrado a Siria en el panorama regional y ha cambiado sus posiciones sobre Irak y Líbano. Pero la crisis sudanesa es un claro recordatorio de que el mundo árabe sigue agitado. Y los combates entre el ejército leal al general Al Burhan y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido del general Hemeti tienen repercusiones directas para Arabia Saudita.

"Sudán es una crisis importante" para Riad, afirma Hasni Abidi. El país se encuentra a poca distancia de Arabia Saudita, al otro lado del Mar Rojo. Este litoral está en el centro de la visión 2030 de Mohamed bin Salmán: en sus costas se van a construir varios proyectos. "Nadie quiere ver una Siria, o un escenario al estilo sirio, a sus puertas", añade Aziz Alghashian.

Las autoridades sauditas se ocuparon rápidamente del caso. Riad evacuó a más de 8.500 personas del país. Pero, sobre todo, hay una "renovada iniciativa de los sauditas y del príncipe heredero para convencer a los dos beligerantes de que negocien una tregua humanitaria que podría desembocar en un acuerdo político para un alto el fuego", afirma Hasni Abidi, director del Cermam. "Todavía no se ha ganado. Pero hay un compromiso de Arabia Saudita en el expediente sudanés y creo que Riad está mejor situado que sus pares árabes para intervenir y actuar como mediador principal en este expediente”.

La cuestión palestina vuelve a ser una preocupación importante
"El cuarteto -es decir, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Reino Unido y Estados Unidos- se ha ocupado de la cuestión sudanesa. Pero es Arabia Saudita quien lleva la voz cantante dentro de este grupo", afirma Aziz Alghashian, para quien el país "debería capitalizar estos esfuerzos dentro de la Liga Árabe". En la cumbre de Yeda, Riad debería obtener el apoyo de otros países de la región para llevar a cabo negociaciones y obtener un mandato de la organización. "Deberíamos ver un enfoque regional y ya no bilateral o trilateral", anticipa el investigador Saudita.

Si Sudán se ha impuesto a la cabeza de la agenda de esta cumbre, Arabia Saudita también debería querer hablar del conflicto israelo-palestino. "En las últimas semanas, el país ha recibido tanto al presidente de la Autoridad Palestina como a los líderes de otras facciones palestinas", afirma Hasni Abidi, que ve en ello una señal del compromiso saudita con esta cuestión. Esta observación es compartida por Aziz Alghashian, que menciona la perspectiva de un refuerzo de la iniciativa de paz árabe. Este plan de paz, adoptado en 2002 por la organización regional a iniciativa de Arabia Saudita, ha sido descuidado en los últimos años por los países árabes, que han privilegiado los enfoques individuales en lugar de los colectivos sobre esta cuestión. Mohamed bin Salmán quiere ahora volver a ponerlo sobre la mesa. Porque, según Aziz Alghashian, "será muy difícil mantener una imagen de líder del mundo árabe sin avances en la cuestión israelo-palestina".

TE INTERESA