La Liga Árabe readmite al régimen sirio después de 11 años y 500.000 muertos

Los cancilleres árabes decidieron unánimemente este domingo reintegrar al régimen sirio en la Liga Árabe, después de excluirlo en 2011 debido a la represión de un levantamiento popular, que degeneró en una larga y sangrienta guerra.

08 mayo 2023 |

Esta decisión se produce en un contexto de reconciliación entre Arabia Saudita e Irán y en un momento en el que el presidente sirio, Bashar al Asad, necesita imperiosamente fondos para la reconstrucción del país.
"Las delegaciones del gobierno de la República Siria Árabe volverán a participar en las reuniones de la Liga Árabe", indica el texto votado por todos los ministros en una reunión a puerta cerrada en la sede del organismo en El Cairo.

Aislado diplomáticamente desde 2011, el presidente sirio salió recientemente de su estatus de persona non grata y algunos observadores creen que podría incluso asistir el 19 de mayo en Arabia Saudita a la cumbre anual de los jefes de Estado del organismo.

Al Asad es "el bienvenido si quiere" a la cumbre en Yeda, precisó el secretario general de la organización, Ahmed Aboul-Gheit.

Damasco indicó querer "dialogar" y "reforzar la cooperación" en una región que condenó al país al ostracismo a partir de 2011.

El conflicto en Siria dejó cerca de medio millón de muertos y millones de refugiados y desplazados.

La Coalición Nacional Siria, principal alianza de la oposición con sede en Turquía, consideró que la decisión implicaba "abandonar" a los sirios, dejándolos sin "apoyo oficial árabe".

"Victoria diplomática"
Para Fabrice Balanche, especialista en Siria, se trata de "una victoria diplomática" para Damasco.

Si Siria acepta participar en la cumbre, implicaría un regreso espectacular, teniendo en cuenta que en 2013 la oposición llegó a ocupar el asiento de Damasco en una cumbre de la Liga Árabe en Catar.

El portavoz del Ministerio catarí de Relaciones Exteriores, Majed Al Ansari, aseguró que votó a favor de la reintegración de Siria al organismo, pero que su posición "sobre la normalización" con Damasco "no cambió".

En noviembre de 2011, 18 de los 22 miembros de la Liga Árabe suspendieron la participación del gobierno sirio en las reuniones, lo que fue aplaudido por los países occidentales y Turquía, y desaprobado por Rusia, Irán, Irak y Líbano.

La organización panárabe también impuso sanciones económicas al país.

Varias naciones árabes apoyaron a los rebeldes al inicio de la guerra, que sucesivamente se convirtió en terreno de juego para numerosas potencias extranjeras -incluidas Rusia e Irán, aliadas del gobierno de Asad- así como para grupos yihadistas, como el Estado Islámico.

El papel de la reconciliación entre Arabia e Irán
La normalización, que se anunciaba desde hacía meses, se vio favorecida por la solidaridad internacional ante los efectos del devastador sismo del 6 de febrero, que dejó más de 50.000 muertos entre Turquía y Siria.

Pero, a nivel diplomático, el gran catalizador fue la reconciliación en marzo entre Arabia Saudita, la gran potencia regional sunita, e Irán, potencia chiita, gracias a una mediación de Pekín.

Pocos días después, el 12 de abril, el canciller sirio realizó una visita sorpresa a Arabia Saudita, la primera desde el inicio del conflicto.

Fuera de la Liga Árabe, Turquía, otro país que prestó un apoyo importante a la oposición anti Asad desde 2011, se acercó también a Damasco, con una reunión entre los ministros turco y sirio de Defensa a fines de 2022 en Moscú.

Emiratos Árabes Unidos (EAU), que restableció sus relaciones con Damasco en 2018, lideró el intento reciente de reintegrar a Siria en el redil árabe.

Siria aprecia "el papel que los EAU desempeñaron en la reunificación y la mejora de las relaciones árabes", dijo Al Asad en una llamada telefónica a su par emiratí, el jeque Mohamed bin Zayed Al-Nahyan.

Damasco apuesta por una plena normalización con los países árabes, en particular las ricas monarquías del Golfo, que antaño fueron aliadas de la oposición. Con ellas cuenta para poder financiar la reconstrucción del país, devastado por más de diez años de contienda.

Con el tiempo y el apoyo fundamental de Rusia e Irán, el régimen de Asad logró recuperar la mayor parte del territorio perdido, aunque cuatro millones de personas siguen viviendo en el noroeste del país bajo control de grupos rebeldes y de yihadistas.

Por otro lado, y según una investigación publicada por AFP en noviembre, Siria logró mantenerse financieramente a flote gracias a la exportación del captagon, una droga que ha generado una industria ilegal de más de 10.000 millones de dólares, y convertido al país en un narcoestado.

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