Los sindicatos buscan paralizar Francia con un "martes negro" masivo

265 convocatorias de protesta por toda la geografía francesa para este martes. El objetivo de los sindicatos es superar las cifras del pasado 31 de enero.

06 marzo 2023 |

El movimiento podría hacerse sentir especialmente en el sector energético con paros desde hoy en refinerías. La última vez que se logró parar una reforma de las pensiones en Francia fue en 1995

El objetivo es paralizar Francia, crear un auténtico "martes negro" que meta presión al gobierno ante una perspectiva de huelga indefinida que se extienda en el calendario de marzo. La unión sindical pretende pasar con ello a una especie de  "Fase 2" de endurecimiento en la calle en esta sexta jornada en la que hay aún más convocatorias de protesta que en las anteriores, 265 por todo el territorio francés y en la que los sindicatos se han marcado batir las cifras del pasado 31 de enero cuando más de 2 millones y medio de personas según la intersindical y 1.300.000 personas según el ministerio del Interior se echaron a la calle. 

Desde el gobierno se asume que la jornada será complicada. "Fuerte impacto" Así lo han afirmado miembros del Ejecutivo como Clement Beaune, ministro de Transportes en las últimas horas en la cadena France3. 

Los bloqueos ya comienzan en la víspera este lunes con el transporte por camiones en carretera que tendrán un impacto en los centros de logística de las grandes ciudades. El movimiento podría hacerse sentir especialmente en el sector energético con paros desde hoy en refinerías, luego de sus protestas en el otoño que causaron una grave escasez de combustible en las estaciones de servicio francesas. Aunque en esta ocasión el efecto no se vaticina inmediato. Con todo, ¿Puede la protesta hacer recular al gobierno? "Sí" respondía nítidamente esta mañana el líder sindical Laurent Berger en la emisora France Info. No lo creen así una mayoría de franceses que aunque están en contra de la reforma en porcentajes que rondan el 70% , piensan que acabará siendo una realidad. 

Argumentos pro y contra

El argumento del Gobierno para retrasar de los 62 a los 64 años la edad de jubilación y aumentar a 43 el número de años cotizados para cobrar una pensiín completa está basado en la lógica demográfica y el déficit en las cuentas para mantener el actual sistema. La primera ministra, Élisabeth Borne, alertó al inicio del debate en la Asamblea Nacinal que, sin la reforma, el déficit suplementario del sistema de pensiones se elevaría a 100.000 millones de euros en la próxima década. Esto se basa en un escenario demográfico nítido: en los años setenta cotizaban tres trabajadores en activo por cada jubilado; en el 2000, dos; ahora, 1,7; en 2040 serán 1,5.  Macron prometió subir la edad de jubilación en la campaña que le llevó a la reelección en mayo de 2022, y lo piensa cumplir. 

Los detractores de la reforma —sindicatos, izquierda, extrema derecha— replican, a los argumentos económico y demográfico, que la urgencia es falsa. En 2021 y 2022 hubo, de hecho, un excedente en el sistema de pensiones. Algunos economistas señalan que los déficits previstos para los próximos años están lejos de ser alarmantes y que Francia podría tomarse más tiempo para reforma el sistema de una manera consensuada.

Precedente

La última vez que se logró parar una reforma de las pensiones en Francia fue en 1995, cuando el primer ministro de centroderecha Alain Juppé tuvo que dar marcha atrás tras una huelga general que paralizó durante tres semanas los transportes.

Este sector también estuvo en primera línea a fines de 2019 e inicios de 2020 contra el primer intento de reforma de Macron, que la pandemia le obligó a aparcar. El liberal hizo de esta medida la clave de su actual segundo mandato.

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